Aprilia RSV4 y Factory 2021-2022

Avatar Oscar Pena | 14/06/2021

¿La superbike perfecta? Las Aprilia RSV4 y RSV4 Factory 2021-2022 son las mejores Superbike de la marca de Noale jamás fabricadas. Y por designios del destino, ocurre precisamente cuando no están presentes en el Mundial de la espacialidad. Sí, la RSV4 de Aprilia ganó el WSBK en los años 2010 y 2012 de la mano del “corsario”, el gran Max Biaggi; y en 2014 con el francés Sylvian Guintoli. Pero unos años después abandonaron la categoría para centrarse exclusivamente en MotoGP.

Pero eso no les ha impedido seguir evolucionando una moto extraordinaria, que jugando con la “ventaja” de su mayor cilindrada (1.097 cc en esta última evolución frente a los 1.077cc anteriores), te lleva al éxtasis en conducción en circuito, pero también en carretera. Sí, habéis leído bien. He podido rodar con las versiones anteriores en la calle y os puedo asegurar que es lo suficientemente cómoda y agradable como para salir a “hacer curvas”, con precaución y respeto por las normas, disfrutando de una parte ciclo inigualable y de un motor V4 que cumple con la normativa Euro5 cuyo sonido te traslada directamente a otra dimensión.

En circuito

Pero lo que me ha llevado ahora a escribir estas líneas, es la presentación nacional de las Aprilia RSV4 y Factory 2021-2022 en el Circuit Ricardo Tormo de Cheste. Hasta allí un servidor pudo desplazarse hace unos días para comprobar en primera persona las cualidades y mejoras de la nueva versión. Una moto que, por otro lado, no hace más que causar expectación e intriga entre los amantes de las Superbike. De hecho, varios han sido los colegas y conocidos que no se han esperado a leer esta prueba y ver el vídeo y me han llamado para interesarse por sus cualidades…

Son infinidad de aspectos los que podríamos analizar y destacar en una moto de semejantes características, pero no quiero extenderme excesivamente y voy a ir al grano. A su comportamiento en circuito.

El refinamiento de su sistema de gestión electrónica APRC, con su IMU Magneti Marelli ECU 11 MP de seis ejes súper evolucionada, te permite regular absolutamente todo de forma sencilla e intuitiva desde la botonera izquierda y el cuadro de instrumentos (Control de tracción, freno motor, control de deslizamiento, control de salida, ABS en curva, etc.) Y no hay que ser un profesional para dejar la moto a tu gusto tras unas cuantas mangas en pista. Eso sí, sea como fuere, su respuesta es siempre espectacular.

El tacto del gas es muy dosificable y contundente, y la potencia de su V4, declarada en 217 CV de valor máximo a 13.000 rpm (el par declarado aumenta ligeramente, de 122 Nm a 125 Nm a 10.500 rpm), llega con mucha energía, pero siempre puedes adaptarla a tu nivel y estilo de conducción. ¡Eso es lo más grande! Puedes ser un conductor medio, y no ir sufriendo porque adaptas la gestión del motor a tus propias capacidades. De este modo disfrutas de un motor suave, dosificable, amigable, o de otro descomunal, híper musculado y apropiado solo para pilotos con mucha experiencia. ¡Todo en uno! Y todo acompañado con el rugido desgarrador de un motor que extrae de ti toda la adrenalina acumulada en tu interior. Y acompañando cualquier acción, he de destacarlo por encima de muchas otras cosas, un cambio “up&down” sencillamente impresionante.

Comportamiento único de las Aprilia RSV4 y Factory 2021-2022

Si el motor impresiona, que también lo hace, por supuesto, en otras superbike actuales (no vamos a descubrir ahora la enorme competencia de las Aprilia RSV4 y Factory en el mercado); donde la Aprilia RSV4 destaca y da “el do de pecho” es en el comportamiento de su parte ciclo. Ergonómicamente es perfecta (tenéis todas las mejoras y cambios respecto al anterior modelo en la web de Aprilia), y te adaptas a ella en una micronésima de segundo midas 1,70 cm como yo, o 1,90 cm como algún otro periodista presente en la presentación.

Es súper compacta pero habitable, y muy estrecha a pesar de alojar en su interior un corazón de cuatro cilindros en V. ¿Magia o diseñadores de ensueño? Quien sabe. El chasis doble viga de aluminio, las tijas, etc, poco cambian con respecto a su predecesora aparecida en 2019. Si es nuevo el basculante, más ligero y reforzado. Inspirado en la Aprilia RS-GP de MotoGP, baja las masas y aumenta la estabilidad del eje trasero en aceleración. Y además es 600 gr más ligero que antes. Lo cierto es que es bestial, y merece la pena quedarse un rato embobado admirándolo.

Otra cosa fundamental para adaptarla a tu estilo y capacidad de pilotaje son sus posibilidades de regulación: la posición del motor, la inclinación de la pipa de la dirección, el pivote del basculante o la altura del eje trasero. De ser mi moto, yo habría modificado las geometrías a las primeras de cambio para rodar en Cheste. Es un circuito algo revirado y donde la velocidad en los cambios de dirección es muy importante. Y con la configuración de serie la RSV4 se mostraba ligeramente “lenta” en algunos puntos del trazado. Se podría haber hecho sin sacrificar un ápice ni la precisión de su dirección a la hora de abordar los virajes, ni la estabilidad de su chasis que te permite una velocidad de paso por curva espectacular. No en vano, para estos menesteres existen estos ajustes «profesionales».

También influye sobremanera en su comportamiento las suspensiones. Shachs multiajustables en la RSV4 y Öhlins Smart EC 2.0 electrónicas y semiactivas en la Factory (también se distinguen ambas versiones por las llantas, el equipo de frenos, y las decoraciones disponibles). Hace falta más que una pequeña toma de contacto para ajustarlas adecuadamente y extraer todo su potencial (en ambas versiones), si bien es cierto que el tacto de calidad y progresividad de las utilizadas por la Factory son superiores.

Son motos para afinar

Ahora bien, sin una buena puesta a punto de poco te sirve. Y como ejemplo, el mío. Durante la presentación el amortiguador trasero estaba excesivamente precargado y con los hidráulicos demasiado abiertos (posiblemente pensando en pilotos más “pesados y lentos” -no es que vaya de listo, es un hecho-), y como resultado había excesivas sacudidas del tren trasero que estresaban sobremanera el neumático Pirelli Diablo Supercorsa SP que montamos. Pero en realidad este es un dato que pasaría, y paso, por alto, porque ya he trabajado antes con estas suspensiones, y se que las puedes dejar a tu gusto fácilmente a poco que toques la precarga manual y los hidráulicos electrónicos a través del cuadro de instrumentos.

La verdad, es que no se puede estar en misa y repicando, y entre el estrés de las grabaciones para el vídeo, pensar lo que estaba contando, y el hecho de ir subiéndome en unidades diferentes cada vez, me hizo “olvidar” el centrarme un poco más en la puesta a punto para sacarle todo su jugo. Pero tampoco se trataba de eso, sino de obtener unas impresiones que poder compartir con vosotros y al tiempo, todo hay que decirlo, disfrutar de lo lindo. Y si se movía un poco, pues te agarras, confías en las espectaculares ayudas electrónicas que para eso están, y si la dirección se violentaba en alguna ocasión el amortiguador de dirección electrónico que lo corrige todo está ahí para ayudarte y dejarte rodar con la soltura y velocidad mínimas que las RSV4 y Factory se merecen. ¡Y no es poca!

Aerodinámica… ¡Y precios!

Llegamos a los últimos apuntes de esta prueba, sin dejar de destacar un par de aspectos muy interesantes. Las formas de la nueva RSV4 se inspiran en las de la también inédita RS 660, y permiten un coeficiente aerodinámico muy bajo, con una ventaja significativa en las prestaciones a altas velocidades. La protección de aire ofrecida al piloto aumenta en un 11 por cien, aislando mejor los hombros y la cabeza. Además, el diseño particular de la parte delantera también aumenta la presión de aire en el airbox en un 7 por cien, con los consiguientes beneficios en las prestaciones del motor. Sea como fuere, en foto o a simple vista no son bonitas, son preciosas, espectaculares diría yo. Un claro referente en su categoría a todos los niveles.

Así las cosas, la Aprilia RSV4 2021-2022 cuesta 20.999 €, y la Factory 27.999 €. ¿Merece la pena la diferencia? Pues depende de cuanto tengas, y cuanto desees hasta el más mínimo “gadget”. En cualquier caso, ambas versiones son tan exclusivas como impresionantes, y en ningún caso van a defraudarte ni en la pista, ni en la carretera.