Yamaha XSR125

Avatar Oscar Pena | 18/10/2021

¡Lujo asiático! Antes de comenzar nuestra deserción entorno al comportamiento de la nueva Yamaha XSR125, me gustaría matizar que la unidad cedida por Yamaha y que podéis ver en la prueba, equipa el Pack Racer, cuyo coste aumenta el precio de la moto (4.399 €) en 519,42 €, situándolo en consecuencia cerca de la barrera de los 5.000 €. Hay otro Pack Street con otros elementos. El racer incluye el cupolino deportivo y sus anclajes, las almohadillas laterales del deposito, las tapas metálicas laterales y el porta matricula. Dicho esto, y puntualizando, en mi opinión, su excelente calidad de terminación (aunque las pletinas laterales tapan un poco el nombre del modelo y queda algo deslucido), entremos en materia.

Carretera y manta con la Yamaha XSR125

En marcha, en carretera, aprecias perfectamente un funcionamiento muy equilibrado. El motor es su punto más sobresaliente. Es perfecto dentro de su categoría. Transmite sensación de potencia, aceleración, pocas o nulas vibraciones, y tiene un tacto y escalonamiento del cambio perfecto. Y encima se declaran para el poco más de 2 litros a los 100 km. Además, mueve con facilidad la XSR125 con sus 140 kg declarados. ¡Recuerda que la hemos pasado por el banco de potencia y hemos verificado su peso! Y que por su puesto se puede conducir con el carnet B de coche y el carnet A1.

Yamaha XSR125

La parte ciclo también sobresale. Los componentes son de calidad, y cuando no, son efectivos. El chasis Deltabox transmite rigidez y tacto deportivo, pero gracias a su horquilla invertida USD tienes un perfecto control del tren delantero. Y la confianza rodando rápido o atravesando zonas rizadas es notable. El amortiguador es muy sencillo. No es regulable, pero va anclado al basculante con bieletas, confiriendo una progresividad poco común entre las 125 cc. Ambos tienen un tacto firme, no lo podemos negar, pero igualmente efectivo. El conjunto se ve rematado por unos neumáticos IRC, que si bien no me transmitían mucha confianza antes de empezar la prueba, he de reconocer que no mostraron signo alguno de debilidad rodando con alegría.

La frenada, con su doble disco disco de freno, uno  en cada tren, y el ABS de dos canales,  es el aspecto que pienso es mejorable en la Yamaha XSR125. El tacto es bueno, pero la potencia delantera algo escasa. Y las levas no son regulables. La de embrague, con tacto de mantequilla, es comprensible, pero la de freno, en una “ciento veinticinco” de su precio sí debería serlo. Detrás, la frenada es progresiva y potente. Sobresaliente.

A los mandos, el conductor circula erguido, y muy ligeramente reclinado hacia delante. Con las posaderas sobre un amplio asiento plano y de tacto firme, y con los pies algo adelantados. Sin duda una posición de conducción tirando a cruiser, como mandan los cánones de la estética Sport Heritage de la XSR125. El pasajero carece de asas, un dato importante, y se tiene que conformar con agarrarse a una tira transversal sobre el asiento, o al propio conductor. Circula a su misma altura, así que el acceso es muy bueno, pero su visibilidad esta algo más limitada al tener su casco delante.

Autopista

Incorporándonos y aprovechando al máximo las prestaciones del motor monocilíndrico Euro5 de refrigeración líquida y sistema de válvula de actuación variable rápidamente te percatas de las grandes prestaciones que es capaz de ofrecer. No se acobarda ni ante pendientes ni frente a vehículos pesados, a los que supera sin miramientos manteniendo unas velocidades medias muy decentes. De las mejores de su categoría. En este entorno la total ausencia de protección aerodinámica hace mella en la velocidad máxima, y salvo que te reclines totalmente sobre el depósito, percibes como tu propio cuerpo hace de freno natural frente al aire. Sea como fuere, es capaz de mantener los 120 km/h de marcador de forma constante siempre y cuando juguemos con la quinta y sexta velocidad. Y más si la pendiente es favorable.

Yamaha XSR125

La Yamaha XSR125 en Ciudad

Nos adentramos a uno de los ambientes predilectos de la XSR125, el urbano. Y lo es por muchos motivos. El primero y más evidente porque no deja de ser una moto de 125 cc, y su radio de acción no es excesivamente amplio. También lo es porque aquí luce una figura que impone, la verdad, y al observarla pasar, además de advertiros que llama bastante atención por su estética, aparenta una moto de mayor cilindrada. Esto me hace elucubrar… No se, ya me estoy imaginando una XSR300 con el motor de la MT 03. ¡Seria un puntazo!

Pero sigamos, a pesar de todo esto se desenvuelve con gran soltura, y se mueve muy bien en parado gracias a su gran radio de giro de manillar. Y eso pese a los 815 mm de altura del asiento al suelo, que no son poca broma pensando en un usuario, o usuaria, bajito y con poca experiencia al manillar de una motocicleta. Eso sí, se verá bien asistido por unos espejos retrovisores muy bien ubicados, que pasan por encima del de los coches, y que además ofrecen una excelente visibilidad, sin vibración alguna todo sea dicho de paso.

Aquí también se nota el tacto firme de las suspensiones, pero como dije antes, trabajan tan bien que lo absorben prácticamente todo. Y no echas de menos más potencia de frenada como si ocurre en carretera abierta y rodando con cierta alegría.

También me ha gustado mucho el trabajo de la caja de cambios. El punto muerto lo encuentras a la primera al detenerte, y las salidas son suaves o fulgurantes, según te venga en gana.  Así que tengo claro que la XSR125 además de bonita, se desenvuelve a las mil maravillas.

Conclusión

está claro que la Yamaha XSR125 aporta un plus en exclusividad, por acabados y por estar animada por el potente motor de la MT-125 y R125. Y más aún si la equipas con alguno de los accesorios o Packs opcionales existentes para su personalización.